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Profecía contra Tiro y Sidón
Carga sobre Tiro: ¡Lamenten, naves de Tarsis, porque Tiro es destruida hasta no quedar casa ni lugar para entrar! Se les informó desde la tierra de Quitim. ¡Callen, oh habitantes de la costa y mercaderes de Sidón quienes cruzaban el mar! El grano de Sihor y la cosecha del río Nilo eran su ganancia. Ella era el mercado de las naciones. Avergüénzate, oh Sidón, fortaleza del mar, porque dijo el mar: Nunca estuve con dolores de parto, ni di a luz, ni crié jóvenes, ni desarrollé vírgenes. Cuando la noticia llegue a Egipto, se estremecerán por los informes con respecto a Tiro. ¡Oh habitantes de la costa, pasen a Tarsis y lamenten! ¿Es ésta su ciudad divertida de mucha antigüedad, cuyos pies la llevaban a lugares lejanos? ¿Quién decretó esto contra Tiro, la cual regalaba coronas, cuyos comerciantes eran príncipes y sus mercaderes los honorables de la tierra?
Yavé de las huestes lo decretó para abatir la soberbia de todo esplendor y humillar a todos los honorables de la tierra. 10 Inunda tu tierra como el Nilo, oh hija de Tarsis, porque ya no existe la restricción de tu puerto. 11 Él extendió su mano contra el mar y sacudió los reinos. Yavé ordenó destruir las fortalezas de Canaán: 12  No volverás a regocijarte, oh doncella oprimida, hija de Sidón. Levántate para pasar a Quitim, y aun allí no tendrás reposo.
13 Ahí está la tierra de los caldeos. Ese pueblo no existía. Asiria lo destinó para las bestias del desierto. La sitiaron y destruyeron sus palacios. Se convirtió en escombros. 14 Lamenten, oh naves de Tarsis, pues su baluarte fue destruido. 15 Aquel día Tiro quedará en el olvido 70 años, como los años de un rey. Al terminar los 70 años, sucederá a Tiro lo del canto de la prostituta. 16 Toma el arpa y rodea la ciudad, oh prostituta olvidada. Haz buena melodía. Repite la canción para que seas recordada.
17 Al fin de los 70 años Yavé visitará a Tiro. Ella volverá a su salario de prostituta y volverá a fornicar con todos los reinos del mundo sobre la superficie de la tierra. 18 Pero su paga estará consagrada a Yavé. No se atesorará ni se acumulará, porque su ganancia será para los que estén delante de Yavé, para que coman hasta saciarse y se cubran con esplendidez.