11
Y EN el año primero de Darío el de Media, yo estuve para animarlo y fortalecerlo.
Y ahora yo te mostraré la ver­dad. He aquí que aun habrá tres reyes en Persia, y el cuarto se hará de grandes riquezas más que todos; y fortificándose con sus riquezas, despertará a todos contra el reino de Javán.
Levantaráse luego un rey valiente, el cual se enseñoreará sobre gran dominio, y hará su voluntad.
Pero cuando se haya levantado, será quebrantado su reino, y repartido por los cuatro vientos del cielo; y no a sus descendien­tes, ni según el señorío con que él se enseñoreó: porque su reino será arrancado, y para otros fuera de aquellos.
Y haráse fuerte el rey del sur: mas uno de los príncipes de aquél le sobrepujará, y se hará poderoso; su señorío será grande señorío.
Y al cabo de años se concerta­rán, y la hija del rey del sur vendrá al rey del norte para hacer los conciertos. Empero ella no podrá retener la fuerza del brazo: ni permanecerá él, ni su brazo; porque será entregada ella, y los que la habían traído, asimismo su hijo, y los que estaban de parte de ella en aquel tiempo.
Mas del renuevo de sus raíces se levantará uno sobre su silla, y vendrá con ejército, y entrará en la fortaleza del rey del norte, y hará en ellos a su arbitrio, y pre­dominará.
Y aun los dioses de ellos, con sus príncipes, con sus vasos pre­ciosos de plata y de oro, llevará cautivos a Egipto: y por años se mantendrá él contra el rey del norte.
Así entrará en el reino el rey del sur, y volverá a su tierra.
10 Mas los hijos de aquél se aira­rán, y reunirán multitud de grandes ejércitos: y vendrá a gran priesa, e inundará, y pasará, y tornará, y llegará con ira hasta su fortaleza.
11 Por lo cual se enfurecerá el rey del sur, y saldrá, y peleará con el mismo rey del norte; y pondrá en campo gran multitud, y toda aquella multitud será entregada en su mano.
12 Y la multitud se ensoberbece­rá, elevaráse su corazón, y derri­bará muchos millares; mas no prevalecerá.
13 Y el rey del norte volverá a poner en campo mayor multitud que primero, y a cabo del tiempo de años vendrá a gran priesa con grande ejército y con muchas riquezas.
14 Y en aquellos tiempos se levantarán muchos contra el rey del sur; e hijos de disipa­dores de tu pueblo se levantarán para confirmar la profecía, y cae­rán.
15 Vendrá pues el rey del norte, y fundará baluartes, y tomará la ciudad fuerte; y los brazos del sur no podrán permanecer, ni su pueblo escogido, ni habrá fortaleza que pueda resistir.
16 Y el que vendrá contra él, hará según su voluntad, ni habrá quien se le pueda parar delante; y estará en la tierra deseable, la cual será consumida en su poder.
17 Pondrá luego su rostro para venir con el poder de todo su reino; y hará con aquél cosas rec­tas, y darále una hija de mujeres para trastornarla: mas no estará ni será por él.
18 Volverá después su rostro a las islas, y tomará muchas; mas un príncipe le hará parar su afrenta, y aun tornará sobre él su oprobio.
19 Luego volverá su rostro a las fortalezas de su tierra: mas trope­zará y caerá, y no parecerá más.
20 Entonces se levantará uno que hará pasar exactor por la gloria del reino; mas en pocos días será quebrantado, no en enojo, ni en batalla.
21 Y le sucederá en su lugar un vil, al cual no darán la honra del reino: vendrá empero con paz, y tomará el reino con halagos.
22 Y con los brazos de inunda­ción serán inundados delante de él, y serán quebrantados; y aun también el príncipe del pacto.
23 Y después de los conciertos con él, él hará engaño, y subirá, y saldrá vencedor con poca gente.
24 Estando la provincia en paz y en abundancia, entrará y hará lo que no hicieron sus padres, ni los padres de sus padres; presa, y despojos, y riquezas repartirá a sus soldados; y contra las fortale­zas formará sus designios: y esto por tiempo.
25 Y despertará sus fuerzas y su corazón contra el rey del sur con grande ejército: y el rey del sur se moverá a la gue­rra con grande y muy fuerte ejér­cito; mas no prevalecerá, porque le harán traición.
26 Aun los que comerán su pan, le quebrantarán; y su ejército será destruído, y caerán muchos muertos.
27 Y el corazón de estos dos reyes será para hacer mal, y en una misma mesa tratarán menti­ra: mas no servirá de nada, por­que el plazo aún no es llegado.
28 Y volveráse a su tierra con grande riqueza, y su corazón será contra el pacto santo: hará pues, y volveráse a su tierra.
29 Al tiempo señalado tornará al sur; mas no será la postre­ra venida como la primera.
30 Porque vendrán contra él naves de Quitim, y él se contris­tará, y se volverá, y enojaráse contra el pacto santo, y hará: vol­veráse pues, y pensará en los que habrán desamparado el santo pacto.
31 Y serán puestos brazos de su parte; y contaminarán el santua­rio de fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación espantosa.
32 Y con lisonjas hará pecar a los violadores del pacto: mas el pue­blo que conoce a su Dios, se esforzará y hará proezas.
33 Y los sabios del pueblo darán sabiduría a muchos: y caerán a espada y a fuego, en cautividad y despojo, por días.
34 Y en su caer serán ayudados de pequeño socorro: y muchos se juntarán a ellos con lisonjas.
35 Y algunos de los entendidos cae­rán para ser purificados, y limpia­dos, y emblanquecidos, hasta el tiempo determinado; porque aun para esto hay plazo.
36 Y el rey hará según su voluntad; y se ensoberbecerá, y se engrande­cerá sobre todo dios: y contra el Dios de los dioses hablará mara­villas, y será prosperado, hasta que sea consumada la ira: porque hecha está determinación.
37 Y del Dios de sus padres no se cuidará, ni del amor de las muje­res: ni se cuidará de dios alguno, porque sobre todo se engrande­cerá.
38 Mas honrará en su lugar al dios de las fuerzas, dios que sus padres no conocieron: honrarálo con oro, y plata, y piedras pre­ciosas, y con cosas de gran pre­cio.
39 Y con el dios ajeno que cono­cerá, hará a los baluartes de las fuerzas crecer en gloria: y hará­los enseñorear sobre muchos, y por interés repartirá la tierra.
40 Empero al cabo del tiempo el rey del sur se acorneará con él; y el rey del norte levanta­rá contra él como tempestad, con carros y gente de a caballo, y muchos navíos; y entrará por las tierras, e inundará, y pasará.
41 Y vendrá a la tierra deseable, y muchas provincias caerán; mas éstas escaparán de su mano: Edom, y Moab, y lo primero de los hijos de Amón.
42 Asimismo extenderá su mano a las otras tierras, y no escapará el país de Egipto.
43 Y se apoderará de los tesoros de oro y plata, y de todas las cosas preciosas de Egipto, de Libia, y Etiopía por donde pasa­rá.
44 Mas nuevas de oriente y del norte lo espantarán; y saldrá con grande ira para destruir y matar muchos.
45 Y plantará los tabernáculos de su palacio entre los mares, en el monte deseable del santuario; y vendrá hasta su fin, y no tendrá quien le ayude.