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NO a nosotros, oh SEÑOR, no a nosotros, sino a tu nombre da gloria; por tu misericordia, por tu verdad.
Por qué dirán las gentes: ¿Dónde está ahora su Dios?
Y nuestro Dios está en los cie­los: todo lo que quiso ha hecho.
Sus ídolos son plata y oro, obra de manos de hombres.
Tienen boca, mas no hablan; tienen ojos, mas no ven;
Orejas tienen, mas no oyen; tienen narices, mas no huelen;
Manos tienen, mas no palpa­n; tienen pies, mas no andan; ni hablan con su garganta.
Como ellos son los que los hacen; cualquiera que en ellos confía.
Oh Israel, confía en el SEÑOR: él es su ayuda y su escudo.
10 Casa de Aarón, confiad en el SEÑOR: él es su ayuda y su escudo.
11 Los que teméis al SEÑOR, confiad en el SEÑOR: él es su ayuda y su escudo.
12 El SEÑOR se acordó de nosotros: nos bendecirá: bende­cirá a la casa de Israel; bendecirá a la casa de Aarón.
13 Bendecirá a los que temen al SEÑOR; a chicos y a grandes.
14 Acrecentará el SEÑOR ben­dición sobre vosotros; sobre vosotros y sobre vuestros hijos.
15 Benditos vosotros del SEÑOR, que hizo el cielo y la tierra.
16 El cielo, aun los cielos, son del SEÑOR: mas ha dado la tierra a los hijos de los hombres.
17 No alabarán los muertos al SEÑOR, ni cuantos descienden al silencio;
18 Mas nosotros bendeciremos al SEÑOR, desde ahora para siempre. Aleluya.