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Una oración de David.
1 ¡Señor, por favor escúchame! ¡Por favor, respóndeme, porque soy débil y necesito tu ayuda!
2 No me dejes morir, porque yo soy fiel a ti. Sálvame, porque soy tu siervo y confío en ti. Tú eres mi Dios.
3 Sé bondadoso conmigo, Señor, porque clamo a ti todo el día.
4 Hazme feliz, Señor, porque he dedicado mi vida a ti.
5 Porque tú, Señor, eres bueno; tú eres perdonador y amoroso con todos los que vienen a ti.
6 Señor, por favor, escucha mi oración. Escucha mi clamor a ti pidiendo ayuda.
7 Cuando estoy en problemas clamo a ti porque sé que me responderás.
8 Señor, no hay nadie como tú entre los “dioses”. Nadie puede hacer las cosas que tú haces.
9 Tú creaste todas las naciones, y estas vendrán y se postrarán delante de ti. Declararán cuán maravilloso eres.
10 ¡Porque tú eres grande, y haces grandes cosas! Solo tú eres Dios.
11 Señor, enséñame tus caminos, para que pueda depender de ti. Hazme leal, para que pueda honrarte.
12 Dios mío, Te agradezco desde los más profundo de mi corazón. Te alabaré por siempre.
13 Porque tu amor es grande para mí; me has salvado de la muerte.* “de la muerte”: Literalmente, “de las profundidades el Seol”.
14 Dios, gente arrogante me está atacando.
15 Pero tú, Señor, eres un Dios compasivo y lleno de gracia, lento para la ira, lleno de amor y fidelidad.
16 Vuélvete a mí, ten misericordia conmigo. Dale tu fuerza a tu siervo; salva al hijo de tu criada.
17 ¡Muéstrame una señal de que me apruebas! Los que me odian la verán, y serán avergonzados porque tú, Señor, me has ayudado.