Salmos. 142. El sonido de mi clamor subió al Señor; Con mi voz pediré misericordia al Señor. Puse todos mis dolores delante de él; y le dejé claro todo mi problema. Cuando mi espíritu se vence, tus ojos están en mis pasos; las redes se han colocado secretamente en el camino que voy. Mirando hacia mi lado derecho, no vi a ningún hombre que fuera mi amigo: no tenía un lugar seguro; nadie tenía ningún cuidado para mi alma. Te he clamado, oh Señor; He dicho: Tú eres mi lugar seguro y mi herencia en la tierra de los vivos. Escucha mi clamor, porque estoy sin fuerzas: sácame de las manos de mis enemigos, porque son más fuertes que yo. Saca mi alma de la cárcel, para alabar tu nombre; los rectos alabarán por mí; porque me has dado una recompensa completa.