Sabiduría de Jesús hijo de Sirácide, o Eclesiástico. 1. Toda sabiduría viene del Señor, y está con él para siempre. Quién puede contar la arena de los mares, las gotas de lluvia, y los días de la eternidad? Que buscará la altura del cielo, la anchura de la tierra, la profundidad, ¿y la sabiduría? La sabiduría ha sido creada antes que todas las cosas, y el entendimiento de la prudencia desde siempre. ¿A quién se le ha revelado la raíz de la sabiduría? ¿Quién ha conocido sus sagaces consejos? Hay un sabio, muy temible, sentado en su trono: el Señor. Él la creó. La vio y la midió. La derramó sobre todas sus obras. Ella está con toda la carne según su don. La entregó gratuitamente a los que le aman. El temor del Señor es la gloria, la exaltación, alegría, y una corona de regocijo. El temor del Señor deleitará el corazón, y dará alegría, gozo y duración de los días. Quien teme al Señor, le irá bien al final. Será bendecido en el día de su muerte. Temer al Señor es el principio de la sabiduría. Fue creado junto con los fieles en el vientre materno. Ella puso un fundamento eterno con los hombres. Se confiará en ella entre sus descendientes. Temer al Señor es la plenitud de la sabiduría. Embriaga a los hombres con sus frutos. Ella llenará toda su casa de cosas deseables, y sus almacenes con sus productos. El temor del Señor es la corona de la sabiduría, haciendo que florezca la paz y la salud perfecta. La vio y la midió. Llovió la habilidad y el conocimiento de la comprensión, y exaltó el honor de los que la sostienen. Temer al Señor es la raíz de la sabiduría. Sus ramas tienen una duración de días. La ira injusta nunca puede ser justificada, porque su ira inclina la balanza hacia su caída. El hombre paciente resistirá por un tiempo, y después le brotará la alegría. Él ocultará sus palabras hasta el momento oportuno, y los labios de muchos hablarán de su entendimiento. En los tesoros de la sabiduría hay un dicho sabio; pero la piedad es una abominación para un pecador. Si deseas la sabiduría, guarda los mandamientos y el Señor te la dará gratuitamente; porque el temor del Señor es sabiduría e instrucción. La fe y la humildad son su buen gusto. No desobedezcas el temor del Señor. No vengas a él con un doble corazón. No seas hipócrita a la vista de los hombres. Vigila tus labios. No te exaltes, para que no caigas y traigas la deshonra a tu alma. El Señor revelará sus secretos y te arrojará en medio de la congregación, porque no llegaste al temor del Señor y tu corazón estaba lleno de engaños.