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Un salmo de David, cuando estaba en el desierto de Judá.
Dios, tú eres mi Dios y te busco de todo corazón. Mi ser entero te anhela y tiene sed de ti, en medio de esta tierra seca, árida y carente de aguas.
Te veo en el Templo. Contemplo tu poder y tu gloria.
Tu fidelidad y amor son mejores que la vida misma. Por ello te alabaré.
Te agradeceré tanto como viva. Elevo mis manos hacia ti y celebro tu maravilloso carácter.* Literalmente, “tu nombre”.
Tú me satisfaces más que el mejor de los alimentos. Te alabaré con canciones alegres.
Paso la noche entera pensando en ti desde que me acuesto, meditando sobre ti.
Porque eres quien me ayuda, canto feliz bajo tus alas.
Me aferro a ti y tus fuertes brazos me levantan.
Los que tratan de destruirme irán a la tumba.
10 Morirán a punta de espada y serán alimento para los chacales.
11 Pero el rey vivirá feliz por todo lo que Dios ha hecho. Todos los que siguen a Dios “Siguen a Dios”: Literalmente, “juran por Dios”. le alabarán, pero los que mienten serán silenciados.

*63.4 Literalmente, “tu nombre”.

63.11 “Siguen a Dios”: Literalmente, “juran por Dios”.