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Para el director del coro. Un Salmo de David.
1 ¡Oh, Señor! A ti calmo. ¡Apresúrate a ayudarme! ¡Escucha, por favor, cuando clamo por tu ayuda!
2 Que I oración se eleve como incienso hacia ti. Elevo mis manos como una ofrenda vespertina.
3 Señor, no permitas que diga nada indebido. Toma control de mis conversaciones.
4 No me dejes pensar en cosas malas ni tomar parte con los malvados. No participaré en sus fiestas.* Se refiere quizás a los festivales paganos.
5 Deja que sea una persona buena la que me castigue con amor y que me corrija. Sería como una unción, y no me negaré a ello. Pero aún así oraré por los que hacen el mal.† El hebreo en este versículo y el siguiente no está claro.
6 Ellos serán derribados con el poder de la roca que los juzga, y reconocerán que yo digo la verdad.
7 Así como la tierra queda dividida por el arado, así sus huesos serán esparcidos en la boca del Seol.‡ El lugar de los muertos. Esto puede referirse a no recibir una sepultura apropiada.
8 Pero yo te busco a ti, Señor y Dios, porque en ti encuentro protección. ¡No me dejes morir!
9 Mantenme a salvo de la trampa que me han tendido, de las redes de los malvados.
10 Déjalos caer en sus propias trampas, pero a mí déjame pasar sin daño alguno.